Hacia una nueva cultura de pagos digitales

Hacia una nueva cultura de pagos digitales

El mundo de los métodos de pago está viviendo una transformación de una velocidad, dimensión y profundidad sin precedentes en la historia de las transacciones económicas. La tecnología digital está redefiniendo el panorama general de las formas de compra de producto, tanto en la cantidad como en la calidad y consideración de estas. De ser una transacción o mero movimiento de fondos de un comprador a un vendedor, está pasando a ser un elemento estratégico de alto valor añadido para consumidores, hogares, empresas y estados.

La forma en la que las empresas y los consumidores pagan por productos o servicios será muy diferente a lo que hemos conocido hasta no hace mucho. Hace 25 años solo se conocía el pago en efectivo o mediante cheque, y el uso de tarjetas se estaba empezando a desarrollar. No se podía hablar de una industria de medios de pago, y mucho menos de una gestión estratégica de los medios de pago.

Hoy prácticamente existen tantos medios de pago como necesidades o preferencias hay. Impulsada por la tecnología digital y por nuevas generaciones de consumidores, la tendencia era ya irrefrenable pero la pandemia ha venido a acelerar toda una serie de tendencias ya existentes, tanto en lo que tiene que ver con el comportamiento de los compradores como en la aproximación de las empresas a los sistemas de pago como parte fundamental y estratégica de su negocio, sea este un ecommerce, una tienda de barrio, una gran superficie, una pyme o un gigante internacional.

«La financiación flexible esta siendo un importante factor de cambio en las transacciones»

Ante cambios de esta magnitud los desafíos son también inmensos e implican nuevos retos tecnológicos, regulatorios y de seguridad, pero también sociológicos, nada desdeñables. E incluso psicológicos, como puede ocurrir con la desaparición del dinero en efectivo, sin ir más lejos. Los millenials y los jóvenes de la Generación Z, con su creciente poder de compra, están abrazando de forma natural nuevas opciones de relación con sus finanzas. Pero algo similar está ocurriendo con el resto de las categorías de consumidor, abriendo paso a toda una nueva cultura de pagos.

Un reciente estudio de Oney sobre la relación de los españoles con los servicios financieros muestra que estos han descubierto durante 2020 nuevas herramientas y servicios digitales que han mejorado su experiencia con las finanzas personales, y en concreto con formas de pago alternativas como el pago fraccionado, el pago por móvil o el e-wallet.

Y si hay un sector donde esta tendencia ha ganado velocidad es el del retail. En un entorno donde el comercio online gana enteros entre todo tipo de consumidores, las alternativas de pagos en tiempo real adaptadas a las circunstancias de cada instante se vuelven una prioridad e impulsan la búsqueda de opciones y métodos por parte de las marcas y las empresas.

Es sobradamente conocida la rapidísima capacidad de reacción y adaptación del sector de la distribución y de los servicios a una nueva realidad desde la irrupción de la crisis sanitaria y su impacto en la economía y en las formas de vida y de relación. Desde las grandes cadenas y marketplaces, a los más pequeños comercios. El próximo paso debe ser hacer del momento de compra y de las soluciones de pago un elemento estratégico, aprovechando el valor añadido que ofrece en cuanto a cuestiones operativas como el índice de conversión, o más decisivas como la gestión de datos y la relación a largo plazo con el cliente.

Algunos estudios prevén que más de la mitad de los pagos online serán realizados utilizando métodos de pago alternativos en 2021. En los países desarrollados estos métodos de pago están desplazando a los métodos tradicionales como el efectivo o las tarjetas en su formato físico. Ganan terreno porque son muy fáciles de usar y muy flexibles. Permiten a los usuarios (consumidor o empresa) disponer de más opciones de compra y pago a su disposición y sobre todo adaptadas a su estilo de vida, recursos o preferencias en cada momento o en cada caso.

En el ámbito del comercio electrónico, en Europa, los digital wallets están absorbiendo una parte cada vez más grande del gasto total (se prevé que llegue a ser del 30% en 2023) y los servicios de «pago aplazado», como el de Oney, están siendo un importante factor de cambio en millones de transacciones online al ofrecer financiación flexible e inmediata y adaptada al estilo de vida, necesidades o preferencias en cada momento, y sin el compromiso a largo plazo que pueden suponer las tarjetas de crédito tradicionales.

Fuente: El Economista ES

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