En sólo 24 horas del desafortunado momento que ya todos conocemos, cuando Will Smith le pega a Chris Rock en Los Oscars, se crearon dos NFTs. Uno de ellos alcanzó, en 48 horas, el millón de dólares.
La colección de NFTs contiene cuadro por cuadro la cachetada que Smith le dio a Rock. Conocida como Will Smith Slap, ya tiene su sitio, smartcontract y el Initial marketing Push. El otro el NFT que se puede encontrar en OpenSea, es el Will Smith Slap Dao, que se describe como una colección de 2.000 artículos como “bofetadas no fungibles” y presenta un GIF del golpe de Will Smith. Algunos de estos NFTs ya alcanzaron valores superiores a los $230 mil dólares, y hasta incluso Elon Musk ha comprado uno en las últimas horas.
No es la primera vez que el universo de las criptomonedas se inspira en la cultura actual para crear una colección. A finales de octubre del año pasado, el Juego del Calamar se convirtió en un fenómeno mundial y también en una criptodivisa. La euforia duró poco, debido a que la criptomoneda basada en la serie coreana resultó ser un timo y sus creadores desaparecieron llevándose millones de dólares.
Porque surgen Tokens de este tipo?
En primer lugar, porque tecnológicamente es muy fácil. Ethereum, Binance Smart Chain y otros sistemas criptográficos tienen herramientas para crear rápidamente tokens secundarios (ERC-20 o BEP-20, respectivamente) Estos no tienen un valor inherente, y puede tomar sólo unos minutos lanzar un «nuevo proyecto» que reclame alguna asociación vaga con una figura pública o evento cultural.
Existe un mercado global descentralizado (DEX) en el que se puede vender practicamente cualquier cosa. Algunos utilizan situaciones que tienen un impulso de márketing natural de un evento particular, y aprovechan para sacarle dinero a los neo-crypto-aficionados, y luego desaparecen. Pero también existen otros, que son eventos que pueden durar en el tiempo para siempre. Este, podría ser el caso de los NFT del cachetazo, entonces, aparece la oportunidad real de participar y obtener ganancias en un instrumento que parece ser una broma, nacida de una broma.
Bienvenidos al nuevo mundo, donde el interés del público en una escala global y de forma descentralizada demuestra que es dónde verdaderamente está el poder de darle valor a cualquier cosa.
